martes, 7 de abril de 2015

Capablanca y el extraterrestre

Historia de un extraterrestre que quiso jugar al ajedrez y quiso engañar al gran genio cubano, pero los genios, son genios por algo.

Cuenta la leyenda que una tarde se encontraba Capablanca a la sombra de un árbol, analizando posiciones de ajedrez para preparar su match ante Corzo para el Campeonato de Cuba. Sin darse cuenta a su lado apareció un ser de extraña y desconocida apariencia, el cual le preguntó qué estaba haciendo. Capablanca, sin mirarle, respondió que estaba analizando unas partidas de ajedrez.

El marciano siguió observando la actividad de Capablanca y pronto se sintió atraído por el juego, pidiendo al futuro campeón del mundo que le enseñase las reglas. Capablanca se las fue enseñando una a una, hasta llegar a la última: "Cuando un peón llega a la octava fila, se puede convertir en cualquier pieza". De este modo comenzaron la partida, en la que Capablanca fue adquiriendo una gran ventaja hasta llegar a la siguiente posición:



Capablanca realizó su siguiente movimiento, que fue 1.Rc2, amenazando mate imparable con Ad4. El avispado marciano se dio cuenta del peligro y encontró una jugada inesperada y, en cierto modo, genial:1...h1=R


Capablanca se alteró y replicó airado: "¡No!, no se puede". A lo que el marciano contestó: "Pero usted me dijo que se podía coronar cualquier pieza". Capablanca comprendió que nada podía hacer y volvió a concentrarse en la posición. Ahora existían dos reyes negros, por lo que sólo podría ganar si daba mate a los dos reyes a la vez. Ahora Ad4 no servía porque daba mate a un rey, pero dejaba al otro rey ahogado, por lo que sería tablas. El genial Capablanca, tras un largo rato de reflexión, encontró una solución aun más sorprendente que la de su rival: 2.a8=Rey negro (las blancas coronan una pieza negra):


Ahora fue el marciano el que protestó airadamente, pero las reglas eran claras: se puede coronar cualquier pieza. Con los 3 reyes ya no se podía producir un ahogado, ya que el rey de a8 se podía mover por dos casillas de la octava fila mientras los otros dos reyes estaban inmovilizados: 2...Rb8 3.h7 Ra8 4.h8=D++ y ¡jaque mate a los tres reyes negros! No es tan sencillo engañar a un genio del ajedrez aunque hayas llegado de las estrellas.

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